El detective Duke Rawlins jamás había visto un vídeo de seguridad como aquel. Se había quedado anonadado con la imagen de Amanda Mathews. Después de saber lo que se escondía debajo de su ropa, no podría volver a perderla de vista…
Amanda no podía creer que fuera tan maravillo¬so estar bajo vigilancia. Y, ya que Duke tenía que llegar al fondo de aquel caso, ¿qué mejor que ayudarlo en todo lo que estuviera en su mano?